Tenemos justo lo que nos merecemos y
Dios castiga al más débil, cuanta basura nos tenemos que tragar a lo largo de
nuestra vida. Todo se envuelve en falsedad, arrogancia, presunción y buenos
modales con intereses de fondo,
queriendo manipular nuestra moral con mentiras que no conducen a nada.
Me rapé el pelo tenía un flequillo
precioso, estoy cansado de peinarlo, decidí raparlo y lo tengo al cuatro, como
una bola de billar, así también, puedo pensar con más claridad a la hora de
publicar estos temas que ustedes leen y de lo cual me hacen sentir alguien en
este mundo.
Y esto no es peloteo, es complicado
en este mundo tan globalizado aun se pueda uno beneficiar de estas tecnologías…,si
ya, ya sé que hace tiempo que esto está
inventado pero más vale tarde que nunca. Es tanta la necesidad que tiene la
gente, en ciertos momentos de sentirse escuchada…
Yo me tengo parado, en ocasiones, a
escuchar a la gente mayor y a los niños, lo peor siempre es con las mujeres,
nunca tengo paciencia. No aguanto su estilo, sé que se deben de querer pero no
comprender, yo hago todo al revés.
Pero es genial como la gente
agradece que la escuches, incluso aunque te esfuerces y se te note, todos
queremos desahogarnos. Los únicos que no se desahogan quizás sean los
indigentes que suelen pasear con un rumbo matemático o sin él. Hoy me gustaría
dedicarle esta entrada a esa gente que vive en la indigencia.
Algunos quizás se desahoguen, pero
de qué manera y a qué precio, no podemos entrar en temas pobreza por qué es un
campo muy amplio, pero a indigentes puede llegar cualquiera, solo basta que la
mala suerte se apodere de ti, no lo deseo a nadie, yo siempre ayudo a gente que
necesita algo de mí, claro está poniéndome un límite, tampoco quiero que me
desplumen.
Como dije en otra entrada, hemos
venido a este mundo para ser felices y no para amargarnos la vida, cada uno debe
ponerse unas normas de conducta, para no caer en la extrema pobreza y si no
tener fe, saliendo con dignidad, todo tenemos derecho a ser felices.
Se puede decir que si he escrito
todo esto, se entiende que es por el descontento que tengo con toda esta
sociedad, lo veo desde una visión bastante pesimista, puede ser, mi vida es muy
tranquila, pero los médicos me la recomiendan.
De poco me vale estar acelerado, ni
tomando cuarenta cafés consigo yo algunos días espabilarme, tiene que venir ese
momento bueno que no me hace falta nada, para poder subir a lo más alto, con
los niveles de energía a tope.
Yo me siento como el indigente
Robinson, sin sociedad, cada día una aventura, una rutina, una innovación, un
fracaso…un encuentro con la civilización.
0 comentarios:
Publicar un comentario