Seat 1430 y Peugeot 205.

·


Cuando pasó un mes de mi mayoría de edad, un verano de septiembre, me toco sacar el examen práctico de coche, con un monitor, antiguo pero muy experto, que trataba de dominar mi bravura juvenil y yo de aquella no reconocía errores. Aun hoy no sé muy bien conducir, la carretera esta tan llena de peligros que a veces nos contagian esos malos vicios.


Estaba como loco cuando saqué el carnet, unos cuantos homenajes yo me he pegado antes de coger ese preciado coche que tenía mi padre tan bien cuidado y que tan poco le costó en un pueblo palentino. Lo estaban preparando en el taller con todo detalle, a mayores le pusieron la quinta velocidad, loco estaba por cogerlo y quemar todas las calles con ese ruido que tanto lo caracterizaba. Es un seat 1430, aun sigue, está guardado en el garaje de un amigo de mi padre, el motivo de su retirada era el consumo de gasolina.


Es un coche blanco y me gustaba, tenía mucha clase, lo malo es que en esa época había muchos parecidos al mío, con ese vehículo aprendí a ser un dominguero como mi amigo Manolo con su r19, con la música a todo volumen y quemando rueda…volante de competición a juego con la empuñadura de las marchas y que no faltaran esas pegatinas de los locales de copas. Manolo solía llevar siempre buenos equipos de música, para escuchar los temas del momento y repetir los subidones. En esa época íbamos tres amigos con los coches a juego, Chiqui, Manolo y yo.


Le metía caña, por la nieve, por la hierva, por los caminos y en las rotondas. Se me calentaba un montón al final de mi pertenencia. Mi amigo Delfín sabe de lo que hablo estuvo junto a mí con mi moto derbi,  con mi coche blanco y también estuvo con el Peugeot rojo que le podemos llamar el coche obrero y que mejor encontró mi padre gracias a las buenas amistades que tiene o gente que lo quieren.


Cuando empecé a trabajar más en serio, mis padres me sorprendieron con un coche rojo de fabricación francesa y lo tenían entregado en su casa oficial. Lo que le costó vendrían a ser unos cuatro mil doscientos dieciséis euros o algo más , lo tenía todo menos aire acondicionado y dirección asistida. Fue un sueño hecho realidad como este actual que tengo.


Este Peugeot 205 me salvo de muchos apuros, hice muchos favores a mucha gente, dentro de ese coche pasaron muchas emociones, al final parecía que estaba envejeciendo con él, aun lo extraño, pero empezaba a tener todo muy rígido, las marchas, el volante, las puertas y la rueda del asiento y tantas conversaciones que pasaron por él, que no es de extrañar que los coches de ahora no registren las conversaciones en el disco duro que traen.


Gozo de otro Peugeot ahora 207 gracias a mis padres que han sabido adivinar mis gustos y administrar mi dinero, con algo del suyo. Otro sueño mas, este de momento con la que está cayendo lo dedico al ocio y quizás estoy más tranquilo, tengo los niveles de extres bajos, que voy hacer os lo tengo que contar el coche nuevo solo lo utilizo para tomar café, para ser concretos y no entrar en más detalles.


Y ya no se llena el depósito como antes, cada vez se echa mano de los billetes pequeños, dejado la tarjeta de crédito sin ningún rallado. Buen Viaje

0 comentarios:

Publicar un comentario