Cuando pasó un mes de mi mayoría de
edad, un verano de septiembre, me toco sacar el examen práctico de coche, con
un monitor, antiguo pero muy experto, que trataba de dominar mi bravura juvenil
y yo de aquella no reconocía errores. Aun hoy no sé muy bien conducir, la
carretera esta tan llena de peligros que a veces nos contagian esos malos
vicios.
Estaba como loco cuando saqué el
carnet, unos cuantos homenajes yo me he pegado antes de coger ese preciado
coche que tenía mi padre tan bien cuidado y que tan poco le costó en un pueblo
palentino. Lo estaban preparando en el taller con todo detalle, a mayores le
pusieron la quinta velocidad, loco estaba por cogerlo y quemar todas las calles
con ese ruido que tanto lo caracterizaba. Es un seat 1430, aun sigue, está
guardado en el garaje de un amigo de mi padre, el motivo de su retirada era el consumo de gasolina.
Es un coche blanco y me gustaba, tenía mucha clase, lo
malo es que en esa época había muchos parecidos al mío, con ese vehículo
aprendí a ser un dominguero como mi amigo Manolo con su r19, con la música a
todo volumen y quemando rueda…volante de competición a juego con la empuñadura
de las marchas y que no faltaran esas pegatinas de los locales de copas. Manolo
solía llevar siempre buenos equipos de música, para escuchar los temas del
momento y repetir los subidones. En esa época íbamos tres amigos con los coches
a juego, Chiqui, Manolo y yo.
Le metía caña, por la nieve, por la
hierva, por los caminos y en las rotondas. Se me calentaba un montón al final
de mi pertenencia. Mi amigo Delfín sabe de lo que hablo estuvo junto a mí con
mi moto derbi, con mi coche blanco y
también estuvo con el Peugeot rojo que le podemos llamar el coche obrero y que
mejor encontró mi padre gracias a las buenas amistades que tiene o gente que lo
quieren.
Cuando empecé a trabajar más en
serio, mis padres me sorprendieron con un coche rojo de fabricación francesa y
lo tenían entregado en su casa oficial. Lo que le costó vendrían a ser unos
cuatro mil doscientos dieciséis euros o algo más , lo tenía todo menos aire acondicionado y
dirección asistida. Fue un sueño hecho realidad como este actual que tengo.
Este Peugeot 205 me salvo de muchos
apuros, hice muchos favores a mucha gente, dentro de ese coche pasaron muchas
emociones, al final parecía que estaba envejeciendo con él, aun lo extraño,
pero empezaba a tener todo muy rígido, las marchas, el volante, las puertas y
la rueda del asiento y tantas conversaciones que pasaron por él, que no es de
extrañar que los coches de ahora no registren las conversaciones en el disco
duro que traen.
Gozo de otro Peugeot ahora 207
gracias a mis padres que han sabido adivinar mis gustos y administrar mi
dinero, con algo del suyo. Otro sueño mas, este de momento con la que está
cayendo lo dedico al ocio y quizás estoy más tranquilo, tengo los niveles de
extres bajos, que voy hacer os lo tengo que contar el coche nuevo solo lo
utilizo para tomar café, para ser concretos y no entrar en más detalles.
Y ya no se
llena el depósito como antes, cada vez se echa mano de los billetes pequeños,
dejado la tarjeta de crédito sin ningún rallado. Buen Viaje.
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