“el frontera”

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Mi diversión era “el frontera” no me drogaba pero algún porrillo se calló entre mis manos, el resto lo rechacé todo, no quería saber mucho de drogas, unos carnavales fume tantos porros que cuando llegue al piso se enteraron mis padres, tampoco sabía cómo era el royo de drogarse, no daba entrado en materia, no le puse interés y el mayor tiempo que disfruté del frontera anduve con la gente del pueblo.

Un local al lado del río que ahora está cerrado al público y fue objeto de escenas de vicio con descontrol, yo me limitaba siempre a estar en lo más oscuro o donde hubiera algún conocido aprovechado los subidones que te proporcionaba la música electrónica.

Ha sido el local donde más me lo pasé bien con las chicas, fundiéndome en los labios de cada una de ellas que le gustaba estar conmigo, otras noches era un desconcierto andaba uno como perdido y sin ganas de nada, bebías alcohol y es como si no bebieras nada, en esa época yo no admitía el termino depresión.

La música estaba altísima, yo iba pasando generaciones tras generaciones por ese oscuro local, su nombre lo pusieron del grupo español La Frontera que tuvo mucho éxito en los noventa. Al final de su historia nadie pasaba por allí, otra persona buena para los negocios abrió otro local más grande y con mas entretenimiento.

“el frontera” como lo llamábamos todos, era un punto de reunión y un cuarto donde nuestros sueños crecían, donde se nos camuflaban las penas entre humos disfrutando ver a la gente feliz, como si a todos nos tocara en ese momento algún premio de lotería o estuviésemos interconectados, iluminados  por esos fluorescentes violetas y los flases cegadores.

No solo disfrutaba con la música, también disfrutaba con la gente como se organizaba por sectores por grupos, por pandillas, parejas y solitarios, podía estar en cualquier grupo, pero sobre todo, me entregaba aunque lo hiciera mal, con el radar puesto a ningún lado y como lo ibas a tener si ese sitio estaba todo oscuro solo era para evadirse.

Pero como he contado, algunas mujeres pasaron por mí, lo malo, es que a sido todo fugaz, en un local que solo está ambientado al vicio, como podemos ponernos románticos y quitarnos la torpeza de encima que esa es otra, por aquel entonces tenía doble de torpeza.

Si algo os tengo que contar de aquel sitio es una noche yo solo en la zona oscura, mirando dos chicas bailar al ritmo de una canción cantada dance, sus sincronizacíones son perfectas y yo noto que cada vez me acerco a donde ellas, ya que me di cuenta de que estaban solas, deje que acabara la canción y me presente, ellas me dijeron su nombre, dos besos y me marche. Que pasa! Si es otro seguro que diría que tuvo lío y lo escribiría exagerado, muchas de mis conquistas fueron así, la gente que entiende dice que son victorias.

Felices trances nocturnos.

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