Si volviera a nacer, que haría yo si volviera a
nacer. En Primer lugar tendría que cambiar el mundo para cambiar mi vida. Qué
cosas, pero siempre se lo pregunta uno.
Tengo tantas ganas de verte, que la ilusión se
me hace astillas. Dudo por un momento que la esperanza llegue a estar cerca de mí
y me fundo en el olvido que deja tu ausencia.
Bueno nostalgias aparte, todo parece muy
complicado en esta sociedad. Corren tiempos difíciles, el optimismo lo tenemos
que tener activado. No soy un buen consejero del optimismo, pero sé que es
necesario en este tiempo.
Un tipo optimista nada se le pone por delante.
Los retos que va encontrando, cada vez se hacen más y más pequeños. Es una persona vital y entregada al medio.
El monstruo al que nos tienen sometido, quieren
hacernos débil. Yo se que si uno es fuerte, optimista e ingenioso se puede
superar. Pero yo también me reconozco un cagado, como mucha gente.
Dejemos a un lado la crisis, a mí lo que me
interesa es la gente. Y sé que ay que ser fuertes, ante las adversidades. No
siempre está el horno para bollos, es cuestión de lucha diaria.
Como siempre, luchar y luchar, para conseguir
objetivos, para dejar de estar en piloto automático, para vivir dignamente. Deseamos siempre estar mejor, mejor, mejor.
“El dorado” aquel precioso tesoro que tanto
añoramos, pero que nunca conseguimos. La
ilusión puesta en un cambio radical, que nos cambie también la felicidad.
Pero yo voy a ir más lejos, también tenemos el
periodo de estabilidad, que no la cambio por nada. Es lo más cercano que tenemos, porque
no tenemos felicidad completa.
Con estabilidad, por ejemplo, os puedo escribir,
puedo disfrutar de mi familia, puedo afrontar los problemas de otra manera,
claro sin eliminar mis limitaciones. Una persona estable puede tener periodos cortos de felicidad placentera.
La gente estable, no origina ningún tipo de
descontrol a cualquier persona. Siempre hablo por mí, tenemos tantos casos en
el mundo. Lo que todos deseamos es de
tener periodos largos de felicidad.
Nadie ha escogido una vida, pero si podemos
elegir como queremos vivirla. La voluntad, las ganas de querer cambiar y
cambiar hábitos, puedes guiar tu rumbo.
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