MADRID

·


Madrid. Ha significado algo más que el centro de España o el centro donde salen todos mis recuerdos. Mis padres tenían un piso en Madrid y mi padre trabajó de joven en Madrid.

He pasado muchas veces por la m30 para ir a otros sitios, acercándome por sus alrededores. He dormido con pocos años en aquel piso que tenían ellos, esa fue la primera vez.

De lo que más puedo percibir es de cuando tuve unos cuantos años más y volvimos otra vez al piso. Mis padres querían dar una vuelta por la ciudad y comerse un bocata de calamares, yo ya lo tenía pensado. Era algo fijo y que me tenía la cabeza, minada, solo podía pensar en McDonald.

La tensión fue muy alta en aquel bar típico de la zona, solo hacia reclamar lo que yo  quería. Mi padre mosqueado incluso me expuso al ridículo ante una persona, pero yo no quería  aquel suculento bocadillo de calamares.

No  sé como lo hice, pero lo conseguí, al final me vi envuelto en la magia del payaso. Y conseguí que mis padres me llevaran aquel lugar, con olor a producto sintético. Yo me sentía muy bien con todas sus novedades, que todos sabemos, incluso mi madre comió de las patatas. Por el contrario mi padre, no entendía muy bien toda aquella mierda, que me pasaba por la cabeza.

Años más tarde con casi mayoría de edad, tenía dinero y tenía a un amigo, Antonio, que teníamos una complicidad acojonante. En aquellos momentos aquel piso de la capital ya se había vendido hace unos años y comprado otro cerca de la zona donde vivo.

Disponía  una agenda de cuero y tenía todo apuntado de lo que quería hacer y todo lo que me gustaría visitar. Sobre todo los gastos que quería hacer cada día. Mientras iba viajando, me ilusionaba  con todo lo que me esperaba: museo de cera, parque de atracciones, discoteca capital,  arguelles, Javi, Pablo y millones de gente.

Tú te puedes creer que aquella visita me hinche a bocata de calamares, increíble, no pisé un burger.  Estaba muy contento, el metro, la Gran Vía, los edificios emblemáticos, Atocha, Sol, arguelles, parque del oeste, Retiro…

Fueron unos días frenéticos, llenos de vida y desde aquellas no volví a pasear por Madrid. Me gustaría verme otra vez por allí aunque sea en uno de esos parques gigantescos, dando un paseo una tarde de domingo o visitando algún museo poco frecuentado. Esta capital acoge a todo el mundo,  además, yo le tengo más admiración que Barcelona.

Pongamos que hablo de Madrid, de Verín, de vivir…UN SULUDO A TOD@S

0 comentarios:

Publicar un comentario